La cuaresma - Semana 3

Al leer por primera vez este fragmento del Papa Francisco, uno podría sentirse tentado a decir: "Mi propia vida ya es suficientemente frágil; ¿se espera que yo también sea responsable de la fragilidad de los demás?". Esto podría ser comprensible, teniendo en cuenta todos los problemas, grandes y pequeños, que la vida nos arroja cada día. Sin embargo, si lo consideramos con más detenimiento, puede que al asumir la responsabilidad de los demás, especialmente en su fragilidad, en realidad nos hagamos más fuertes, más capaces de afrontar la situación, y dupliquemos el bien que se hace, ya que tales gestos proporcionan gracia tanto a quien los da como a quien los recibe. Esto es el servicioEsto es el Evangelio encarnado. 

La cita habla de "cuidar la vulnerabilidad". Párate un momento a pensar en lo que eso significa. Muchos de nosotros respondemos cuando se produce una calamidad social, geopolítica o natural. Nos conmueven las imágenes que vemos en los medios de comunicación, o el sufrimiento que vemos de primera mano. Y así es como debe ser. Sin embargo, si adoptamos una actitud que realmente "cuide de los vulnerables", esto requiere que respondamos incluso antes de que se produzca la calamidad.. La vulnerabilidad significa que uno está cerca del peligro,de una forma u otra. La vulnerabilidad significa que una persona tiene muchas posibilidades de resultar herida, o algo peor. Muchos de nosotros no vemos la vulnerabilidad, sólo la tragedia una vez que se produce. Muchos de nosotros no vemos las imágenes de la vulnerabilidad, incluso ante nuestros ojos. 

Durante este tiempo de Cuaresma, ¿no sería una buena práctica, cada día, identificar a los vulnerables que nos rodean, y de alguna manera, aunque sea pequeña, hacer algo en "solidaridad" con esa persona, haciéndole saber que no está sola y que puede contar contigo?